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Por: Norton Robledo, Sociedad de Escritores de Chile.


   
         


 

 
 
         
           
             

La crisis social y económica que vive Chile en estos tiempos de Pandemia ponen en evidencia lo gusto y aún vigentes la demanda de una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución que permita llevar a cabo los cambios estructurales, políticos, sociales, económicos, y culturales que el país necesita.

Las demandas de la ciudadanía en el marco de las protestas y manifestaciones durante el estallido social, la que por su magnitud fue una revolución social. Cuestionaba no solo el gobierno de Sebastian Piñera sino que el sistema neoliberal que durante más de 30 años no sólo mantuvieron sino que lo desarrollaron y defendieron los gobiernos post dictadura de La Alianza por Chile y La Concertación.

La crisis social y económica en la pandemia manifestada en la salud, educación y vivienda, es transversal, deja en claro las contradicciones de clases en la sociedad chilena. Manifiesta la diferencia en el sistema de salud privado y el público y la enorme desigualdad social y económica existente en Chile. Más de tres millones de cesantes, emprendedores, los de la pequeña y mediana empresa Pyme sin poder pagar el arriendos de los locales, o con préstamos por los que han pagado grandes intereses para postergarlos.

Trabajadores sin sus fuentes de ingresos se ven antes el drama de no poder pagar las matriculas de sus hijos en las escuelas y universidades, arrendatarios ante el dilema de no poder pagar el arriendo de la vivienda. Las medidas de protección social han sido insuficientes, el contenido de las mercancías que está entregando el gobierno, las gobernaciones y municipalidades muy poca, además hay una pésima planificación en la distribución de mercadería pues está no está llegando a quienes realmente la necesitan. Las ollas comunes en las poblaciones a lo largo y ancho del país ponen en evidencia de que las palabras del Presidente Sebastian Piñera de que » Chile es un verdadero oasis « es una gran falacia.

A pasos apresurados la pandemia portadora del virus avanza de norte a sur. La cuarentena impuesta para reducir la movilidad y desplazamiento de las personas no ha ido acompañada de medidas de seguridad económica y social ya que muchos trabajadores se ven obligados a ir a sus trabajos poniendo el riesgo su vida, la de su familia y entorno social laboral.

La pandemia trae un manto gris sobre sus hombros su rostro frío e indiferente va a los lugares más vulnerables los que no fueron protegidos a tiempo porque con el gobierno de Sebastián Piñera todo tiene un sentido de clase, y los ricos, la clase acomodada la » gente bien » han sido protegidos desde el comienzo en desmedro de los más sencillos.

Han tomado » medidas de protección » cuidando los intereses de los empresarios, los bancos, los grandes comercios y las transnacionales. En este sentido los trabajadores, los pobladores , la clase media , va anotando todo los abusos de los empleadores, del manejo de las AFP que es un centro de riqueza para unos pocos y un norte y sur de miseria para los pensionados. Es más en una indolencia total algunos municipios y gobernaciones no están distribuyendo a las tomas de terreno porque según ellos son tomas de terreno no registradas

Es bueno ir anotando tanta incompetencia del gobierno y los ministerios, el cambio del Ministro de Salud es el fracaso del gobierno de las medidas y los errores y la tardanza en la estrategia del gobierno para detener el covid-19. Es bueno ir considerando tanta indolencia y abuso en contra de la ciudadanía, la manipulación de la real cantidad de muertos e infectados

Es bueno anotar, sin olvidar nada anotar para cuando pase esta nube gris, pasar la cuenta al Gobierno con intereses del mil por ciento sobre la deuda de más de 30 años acumulada al 18 de octubre del dos mil diecinueve.

Conclusión

Decía al comienzo de que hay una relación dialéctica, algo así como la cara y el sello de una monead, entre el estallido social que comenzó el 18 de octubre del 2019 y la crisis económica, política y social en estos tiempos de cuarentena. Y esta es la evidencia del fracaso de la bancarrota total del sistema político social y económico neoliberal en Chile. A más de tres meses de haber comenzado en Chile la pandemia la exigencia de una Asamblea Constituyente para una Nueva Constitución, queda esperando a que pase el tiempo de pandemia, los días de incertidumbre. Y de psicosis colectiva por parte del gobierno a través de los medios de comunicación y el poder de éstos en manos de las grandes empresas nacionales y multinacionales, verdaderos centros hegemónicos a servicio de ellos. Y que los usan para defender sus intereses, para ello usan el diversionismo ideológico para mentir, disfrazar la verdad y llevar a cabo sus campañas y acciones. Para mantener su poder y el orden establecido por la Constitución pinochetista emanada en dictadura bajo el amparo de las botas militares y de tratados de comercio, bancos, empresas transnacionales y políticos. Los mismos que hoy en tiempo de pandemia, en tiempos de hambre y muerte para los más sencillos siguen gobernando considerando sus propios intereses, los de los bancos, de las grandes empresas y consorcios nacionales, y las empresas transnacionales, los de sus amigos, familiares
Me duele mi país me duele la miseria, me indigna la desigualdad y la injusticia. Me duele el dolor, me duele el frío, el hambre de mi gente, de mi pueblo

Escribo en mi buhardilla de poeta, en la incertidumbre de los días. En el silencio de este encierro. Me duele el corazón, me duele el alma.




 
 

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